domingo, 27 de abril de 2014

Leyendas Urbanas de Quintana Roo (Para los que nos gobiernan)



Buenos Oficios y el Sentido Común
*La política es un mal necesariamente malo en estos tiempos.
*El cambio generacional ha sido multimillonario y subsidiado por el pueblo

 Por Benjamín Arias Acosta

Mucho se escucha decir del sentido común en la política, de los buenos oficios políticos y una gobernanza regular –en el entendido que se mantiene en el mismo ritmo y nivel de eficacia-.
A estas alturas del arte, ni uno ni otro existen solo son leyendas urbanas. Y todo gracias a ese famoso “cambio generacional” que lleva al retroceso político a la sociedad. Pagarle la novatez a los políticos que  gobiernan ha costado miles de millones de pesos de los dineros del pueblo.
Y es que ahora solo se ven a los gobernantes haciendo deporte con ropa de marca especializada, cortando listones, presumiendo obras con recursos federales y asegurando mentiras publicadas en la piel del poder para justificar la creación de nuevos impuestos y su permanencia ahí a través de la violación a la Carta Magna.
Ciertamente los puestos de gobierno son para hacer política, para devolver con gracia el voto de confianza depositado en las urnas y hacerlo crecer con el ejemplo, más allá de meras gestiones ante la Federación.
Todo esto, nos hace ver que la política es un mal necesariamente malo en estos tiempos, poca o nula confianza y a la baja, ya no hay creatividad ni mucho menos liderazgo, de hecho como “nueva generación”, no tienen siquiera idea de lo que es el buen oficio y el sentido común.

De Caciques y Caudillos
José Thompson, presidente del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) reseña a México como un país que constantemente genera debate político, aunado a la efervescencia electoral que desde hace un tiempo se ha vivido en América Latina, surgida tras una historia llena de fraudes y movimientos sociales.
Thompson expresó que a pesar de la transición del autoritarismo a la democracia, la falta de valores sigue siendo el principal problema en los procesos electorales. La sombra de los caciques y el caudillismo sigue rondando como fantasma los gobiernos de Latinoamérica.

La Política perdió alma
Apunta que la política ha decaído y perdido el alma que la caracterizaba. "Hace años, los niños de un kinder, ante la pregunta ¿qué quieres ser de grande? respondían: presidente, senador o diputado; hoy, en América Latina todos quieren ser Shakira o Messi, ya no políticos", señala Thompson provocando las risas del público.
La corrupción política ha provocado la pérdida de confianza en los partidos. Los políticos se contradicen, pues líderes como Hugo Chávez (+), Rafael Correa o Álvaro Uribe pregonaron en sus campañas ataques contra la figura del partido político y sin embargo, en cuanto llegaron al poder formaron los propios.
"No creo que todos los políticos sean malintencionados, sólo que legislan de mala gana", expresa Thompson y el murmullo no se deja esperar entre los presentes. A pesar de ello, no debe olvidarse que sin medios de comunicación y sin elecciones es imposible concebir la democracia.
La política es un mal necesario, la cual necesita reformar las bases que la sostienen y proponer verdaderos proyectos de gobierno. http://gacetapoliticas.blogspot.mx/2011/09/la-politica-un-mal-necesario.html

Quintana Roo plagado de Timócratas
Con esta ligera introducción podemos hacer una serie de análisis mas o menos “superficiales” hacia lo que ocurre en nuestro Quintana Roo, sus municipios y sus gobernantes con decisiones tan faltas de sentido común y con tintes desesperados para colmar todos los puestos existentes a fin de evitar que un nuevo grupo se monte en el poder que ahora ostentan.
Con imposiciones en lugares torales que permiten equilibrar el poder como la Comisión Estatal de Derechos Humanos, misma que hoy por hoy los grupos pensantes han levantado la voz para expresar esa falta de sentido común y de buen oficio político.

Los Buenos Oficios
Y es que debemos entender a los “buenos oficios” como lo relativo a la vocación de servicio inspirada en mejorar las circunstancias que rodean. Ahora, todo es política de ficción, sin sustento ni sustancia social de largo alcance.
La vocación  de servicio representa el valor agregado del servicio público; marca la diferencia entre aquél actor consciente y preocupado de las consecuencias de sus acciones y aquél que simplemente actúa porque así lo dice la normativa, porque así se lo dijo su jefe o porque se le hincha la neurona inferior.

La Confusión inexistente
Es muy probable que se pueda confundir los “buenos oficios” políticos con el tan escaso sentido común, sin embargo, es muy difícil identificar tan rara virtud en algún político de la “nueva generación” de esos que tienen la piel de dinosaurio joven.
Tener sentido común y buen oficio en la política otorga, de manera constante, una ventana de oportunidad para elevar los niveles de confianza en los políticos; pero, esa virtud está en franca extinción.
Se dice, tal vez sea un mito, que el Oficio Político debe lograr diferenciar y hacer resaltar a aquél ciudadano que se desenvuelve de manera socialmente responsable, minuto tras minuto.
El Oficio Político es una característica, una virtud, en la que todos los mexicanos -políticos, empresarios, maestros, campesinos, profesionistas, jóvenes, adultos y adultos mayores- debemos considerar cada vez que deseamos regalarle a nuestro país la posibilidad de un mejor futuro a través del sufragio efectivo.
A veces olvidamos que el voto es libre y secreto, que es la firma de confianza que se le otorga a una persona para llevar las riendas administrativas de un municipio junto con su órgano colegiado y que en contraprestación esos detentadores del poder público deben elegir con responsabilidad y sentido común, haciendo gala del oficio político, a los empleados del pueblo que lo van a acompañar, reconocidos como miembros del gabinete.
Porque en los puestos que son avalados y aprobados por el Pleno del Cabildo, como Secretaría General, Contraloría, Seguridad Pública y Tránsito, Oficialía Mayor, DIF, entre otros, conlleva una gran responsabilidad, porque no son puestos para actuar a capricho ni con reacciones intestinas.
Son empleados del pueblo que tienen el voto de confianza del Presidente Municipal, -a menos que no sea él quien gobierne directamente y reciba órdenes superiores, entonces estaríamos peor- además tienen el voto de confianza del Síndico y regidores por mayoría y proporcional.
De lo contrario solo habrán jugado con nuestras esperanzas y el pueblo puede entender que solo procuran su beneficio particular, de grupo, solo buscan el poder por el poder mismo a cambio de endeudar al Estado y al Municipio.
¿Y el pueblo? Bien, muy bien, que siga pagando, el pueblo aguanta y con alimentos intercambiables se consolará.

Y ¿Los Partidos Políticos Apá?
Los partidos políticos de cualquier membrete han perdido el rumbo, la supervivencia se ha mantenido en ver quién y cómo llegar al poder, no importando dejar al pueblo más pobre que antes, mientras los lemas estatutarios, “Democracia y Justicia Social”, “Por una patria ordenada y generosa para todos”, “Democracia ya, patria para todos”, “Unidad Nacional, todo el poder al pueblo”, “Más ideas y menos rollos”, “Soluciones ciudadanas para ti”, “Amor, Justicia y Libertad”, nos dan brillantes esperanzas, son el peor ejemplo de transparencia http://elrincondelcondeabraxas.blogspot.mx/2014/04/rindan-cuentas-todos.html.

Promover ambiciones de índole política desde el poder
Y por si fuera poco, no importa la forma de llegar al poder, ya los protocolos, el sentido común tan escaso y en vías de extinción nos obsequian una ineficaz propaganda que ahí queda para el recuerdo como una espectacular barrabasada anticonstitucional que la única reacción fue mandar a quitar el motivo del delito en la cómplice oscuridad mediática y de una cuadrilla de trabajadores.
Delito demostrado con fotos y con la Constitución en la mano, como bien se exhibe en el reportaje que nos hizo el favor de replicar www.noticaribe.com.mx que si se hubiera acompañado de una Fe Ministerial, las cosas serían diferentes para el actual gobierno municipal de Solidaridad.
El punto ha sido demostrado con interés meramente periodístico más que jurídico. Exhibir es fácil, la vergüenza política y social va más allá del cinismo gubernamental.
No es lo mismo desarrollar una gerencia privada en el gobierno que una gerencia pública.  Definitivamente lo técnico y frívolo, caprichosamente rígido, va en contra de los buenos oficios y de la buena gerencia pública.
Es triste ver lo desgastado que ya están los gobernantes de Quintana Roo ante la ineficacia de sus colaboradores y el poco liderazgo en ellos. Ni con publicidad y columnas, con grandes encabezados ya no se puede defender lo indefendible.
Pero todo lo anterior es una leyenda urbana; sin embargo, el lema con el que se insiste en este espacio siempre será el mismo, aunque suene a utopía: “Dale al pueblo lo que por Ley le corresponde y Dios te bendecirá”.