martes, 26 de noviembre de 2013

La Virtud fuera de la Moral


Reflexiones desordenadas... 

En el libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo me llamó en demasía la atención el uso insistente de la palabra “Virtud” y ante ésta palabra clave en su libro fundamental, me encontré este ensayo, del cual saco solamente un extracto.
Espero que a todos los lectores y seguidores del principal analista y asesor político de todos los amantes del poder político comprendan la amplitud y profundidad del concepto.
La Virtud que, incluso, aún se podría quedar en claroscuro en su definición, pues según este autor, dice que el español se queda corto ante el significado que Maquiavelo que en su lengua materna Italiano amalgamó como una de sus principales aportaciones al mundo contemporáneo.
LA «VIRTÙ» SEGÚN MAQUIAVELO: SIGNIFICADOS Y TRADUCCIONES
José Abad (Universidad de Granada)
…Maquiavelo rompió con la tradición moral al llevarse el concepto de «virtù» a la órbita de la «técnica» y la «utilidad»; concretamente, de la «utilidad política». Para Maquiavelo, la virtù es un conjunto de cualidades que le permiten al caudillo vencer los obstáculos del presente y (pues la previsión más que la prudencia es un rasgo del virtuoso) hacer frente a cuantos tropiezos pueda depararle el futuro. La virtù está directamente asociada con la voluntad y la inteligencia, la acción y la destreza; es conocimiento y sagacidad, pero no presunción, y es arrojo y competencia, pero no temeridad. Posiblemente, por sí sola no basta para acometer grandes acciones, pero sin ella no somos nada….
…Según Federico Chabod: “La «virtud» de Maquiavelo no es, como para nosotros, una cualidad «moral», sino energía, facultad de querer y de hacer, prescindiendo del contenido «moral» de esta energía y facultad” (1984: 254). Por su parte, en la virtù Friedrich Meinecke ve: “una extraña conjunción de pesimismo e idealismo, de elementos mecanicistas y vitalistas” (1983: 35). Para Francisco Javier Conde: “La Virtud maquiavélica es como una síntesis de las virtudes antiguas y también de algunas virtudes cristianas. Pero es más que eso. Es la virtud, en primer lugar, contrapunto del «ocio», actividad, energía, dinamismo” (1976: 84).
Por otra parte, en el caso de mi autor favorito, Federico Nietszche “cuando habla de virtudes en realidad se esta refiriendo a las virtudes que tienen la gente, como en el caso de los religiosos, toma o por lo menos admite la virtud en los religiosos pero es una virtud entroncada, una virtud que no lleva a nada, es una virtud estática. Para Nietszche la virtud es algo totalmente diferente, para el la virtud es praxis, es una superación de hombre, es por así decirlo "el ser codicioso", (nota del editor: habrá querido decir audaz) otro punto importante acerca de la virtud de un religioso, es que la virtud para el religioso no se encuentra aquí, su virtud es inspirada en el ultramundo, en cambio, Nietszche intenta regresar todo a la tierra”.
Ahora bien, en este proceso desintegrativo de la moral religiosa y la cosa política, el ser humano debe avanzar en su propia Virtud, en su propia libertad hacia un futuro progresista del Género Humano por el Género Humanista, sin perder las cualidades más acertadas de la religión y las más acertadas de la ciencia aplicada a las ciencias sociales.

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Conde Abraxas