miércoles, 29 de mayo de 2013

Fábula el Ciervo, el Manantial y el León

Publicado por Santiago Mendoza Ramírez, ésta fábula,  nos invita a reflexionar sobre nuestras fortalezas, que no siempre serán las más armoniosas pero si las más efectivas.
La vanidad y la egolatría nos llevan tarde o temprano a un final terrible, por lo tanto no deben confundirse con la autoestima.

Un día bastante soleado y caluroso. El ciervo ya con mucha sed se acercó al manantial a tomar un poco de agua.
Cuando terminó de beber, se percató de su reflejo en el agua y comenzó a pensar.
Veía como sus grandes y hermosos cuernos resaltaban, mientras sus piernas se veían delgadas y flácidas.
Mientras veía su reflejo, apareció un fuerte león que comenzó a perseguirlo.
 Gracias a sus piernas, el ciervo pudo escapar del león cuando huía por una parte llana.
En cuanto llego al bosque, los grandes cuernos del ciervo se atoraron con las ramas y el león pudo atraparlo.
Ya agonizando y cerca de morir, el siervo dijo:
"Yo triste por mis delgadas piernas, fueron las que me permitían salvarme. Mientras que feliz y orgulloso por mis cuernos, que fueron los que terminaron traicionándome, ¡que ironía!"
Moraleja: En ocasiones terminas recibiendo ayuda de las personas que menos esperamos, y esas en las que tanto confiamos y nos están adulando constantemente terminar traicionándonos.

 Si quieres hacer del Mundo tu casa, has de tu Casa el mundo que quieres.
Disfruta tu Vida descubriendo tu Día.
Conde Abraxas
G:.B:.U:.