Por Benjamín
Arias Acosta
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Bien, en aras
del ejercicio de investigación bibliográfica aquí les hacemos entrega del
siguiente resumen básico de: Timocracia.
Un poco denso me dirán pero... vale la pena leerlo. Y recuerda que cualquier parecido con Quintana Roo y sus municipios son pura conspiranoia.
Un poco denso me dirán pero... vale la pena leerlo. Y recuerda que cualquier parecido con Quintana Roo y sus municipios son pura conspiranoia.
En el Libro
VIII de la República, Platón comienza a analizar la PRIMERA de las formas de
Gobierno injustas: LA TIMOCRACIA.
Palabra tan
interesante como actual, así como el argentino José Steinsleger Escritor y
periodista argentino. Columnista de La Jornada de México. Nos explica en un
enfrentamiento de tiempos y realidades contemporáneas.
Platón, Timocracria: Características Generales
Representa el
término medio entre la aristocracia (régimen ideal) y la oligarquía (régimen
que surge de la degeneración de la misma timocracia).
El que la
timocracia sea término medio entre aristocracia y oligarquía significa que en
ella están presentes elementos aristocráticos, la importancia de la gimnasia en
la educación, el régimen de los guerreros y los elementos oligárquicos (como la
codicia, las riquezas, los vicios escondidos, étc.)
Pues bien, la
mezcla de estas dos clases de valores son quienes dan lugar al gobierno de tipo
timocrático.
Cuando Platón
describe este régimen tiene en mente al degenerado gobierno de Esparta muy
alejado ya (en tiempos de Platón) de lo que consideraba como el régimen
aristocrático ideal.
Características Psicológicas del individuo
Timocrático
Para explicar
la evolución de tal individuo Platón nos describe la EDUCACIÓN de un joven
espartano de su tiempo.
Tal joven es:
Hijo de un
padre excelente (Aristoi) pero que vive ya en un Estado enfermo (Timocrático).
Tal padre aún
conserva los ideales de la raza de oro y se mantiene alejado de los honores,
los cargos y las prebendas.
Hijo de una
madre ambiciosa que critica constantemente la poca ambición del padre e inculca
en el hijo la idea de que su padre es poco viril.
En este
ambiente educativo y familiar, el alma del joven navega de aquí para allá: su
padre fortalece su parte racional, mientras que las otras gentes estimulan su
parte ambiciosa, así como su irascibilidad y sus deseos.
De este modo,
llega un momento en que el joven reniega de los ideales del padre y se entrega
abiertamente a la conquista de honores convirtiéndose en un hombre ambicioso
aunque honrado y entregado a servir a los ideales de la Polis.
Estaríamos,
por tanto, ante la representación individual de un individuo timocrático fiel
reflejo, por otro lado, de una ciudad timocrática.
Se observa
por el respeto de los gobernantes y la aversión de la clase defensora de la
ciudad hacia la agricultura, oficios manuales y negocios y en la organización
de comidas colectivas y la práctica de la gimnástica y los ejercicios
militares.
Y en lo de no
atreverse a llevar sabios a las magistraturas por no poseer ya personas de esa
clase que sean sencillas y firmes, sino más mezcladas en su carácter, e
inclinarse hacia otros seres fogosos y más simples, más aptos para la guerra
que para la paz, y tener en gran aprecio los engaños y ardides propios de
aquélla y hallarse durante todo el tiempo en pie de guerra.
Codiciadores
de riquezas –dijo Sócrates- serán, pues, los tales, como los de las
oligarquías, y adoradores feroces y clandestinos del oro y la plata, pues
tendrán almacenes y tesoros privados en que mantengan ocultas las riquezas que
hayan depositado en ellos y también viviendas muradas, verdaderos nidos
particulares en que derrocharán mucho dinero gastándolo para las mujeres o para
quien a ellos se les antoje.
Serán también
ahorradores de su dinero, como quien lo venera y no lo posee abiertamente, y
amigos de gastar lo ajeno para satisfacer sus pasiones; y se proporcionarán los
placeres a hurtadillas, ocultándose de la ley como los niños de sus padres, y
eso por haber sido educados no con la persuasión, sino con la fuerza, y por
haber desatendido a la verdadera Musa, la que va unida al discurso y a la
filosofía, honrando en más alto grado a la gimnástica que a la música.
Pero hay en
él un solo rasgo sumamente distintivo y debido a la preponderancia del elemento
fogoso: la ambición y el ansia de honores.
Tales serán,
pues –Continúa el filósofo griego- el origen y carácter de este sistema
político, del que con mis palabras he trazado un simple esbozo no completo en
sus pormenores, porque basta este esbozo para darnos a conocer al hombre más
justo y al más injusto y sería una tarea de inacabable duración la de recorrer,
sin dejarse ni uno solo, todos los sistemas y todos los caracteres.
Debe ser más
obstinado –Asegura Platón- y un poco más ajeno a las Musas, aunque sea amigo de
ellas; y aficionado a escuchar, pero en modo alguno a hablar. Y será el tal
duro para los esclavos, en vez de despreciarlos como quienes están
suficientemente educados; pero amable con los hombres libres.
Muy obediente
para con los gobernantes, y amigo de los cargos y honras, aunque no base su
aspiración al mando en su elocuencia ni en nada semejante, sino en sus hazañas
guerreras y relacionadas con la guerra; y amante, en fin, de la gimnasia y la
caza.
Los Timócratas de América Latina
Los sabios de
la economía moderna aseguran que la economía libre, que nunca existía, es
natural a la condición humana. La historia ha terminado.
De aquí en
más, la única utopía posible es liberalización total de la economía. Pero en
sociedades donde hay muchos excluidos y pocos incluidos, el crimen también es
natural a la condición humana.
Entonces,
felices y desesperados coinciden en destruir la realidad que no pueden cambiar
a su imagen y semejanza.
Las
consecuencias están a la vista: la amoral demolición de la responsabilidad y la
solidaridad que lleva a los pobres luchar contra los pobres y a los ricos a
luchar contra los ricos, enemigos de todos los pobres.
Como aún no
hay hígado para exterminarlos los pobres son medidos, estudiados, calificados y
controlados. Ninguna instancia pública o privada hace lo mismo con los ricos. Y
¿El Estado? ¿Cuál Estado? En el siglo XIX, la revolución industrial engendró el
Estado-nación y formas políticas que acotaban el poder de la aristocracia
criolla, que invocaba linaje y descendencia.
Con el
tiempo, tales formas resultaron frágiles porque detrás del trono la
plutocracia, o poder de los más ricos, vigilaba el orden republicano.
Y en las
últimas décadas, al calor de la especulación financiera y la manipulación
arbitraria de las finanzas públicas y privadas, los Estados fueron rápidamente
tomados por una casta de jóvenes timócratas que, en un abrir y cerrar de ojos,
acumularon fortunas inimaginables para aristócratas y plutócratas.
La timocracia,
producto de las formidables innovaciones en el campo de las telecomunicaciones
y la informática, concebía formas de gobierno ya no ``de'' sino ``para'' los
nuevos ricos.
Se
presentaron en sociedad diciendo que con la privatización de las empresas
públicas los países iban a salir de aquellas crisis cíclicas que hoy, ante la
crisis crónica, se nos hacen tan benévolas.
Y con el
pretexto de una causa legítima, la creación de ``mercados competitivos'',
impusieron la subasta del patrimonio nacional. Hasta ahí llegaron.
El mercado
competitivo, que en los países pobres es factible si hay salud, educación y
capacitación, no aparecía y las privatizaciones fueron simple reparto de
prebendas.
Práctica
idéntica a la que en tiempos del feudalismo hacían los reyes con los nobles,
otorgándoles derecho a cobrar peaje a quienes atravesaban sus tierras.
Siguiendo a
Platón, los timócratas califican al ciudadano según el monto de sus riquezas y
no según su origen social. Su especialidad de grado y posgrado (que más allá de
lo económico ya compromete a las ciencias políticas, sociales, a la educación y
a la cultura en general) consiste en engañar con promesas y esperanzas, cosa
``científicamente'' pensada y programada en centros académicos que de la
realidad ignoran todo.
En América
Latina, los escándalos de la timocracia salpican a destacados ejecutivos y
gobernantes. Los timócratas, que irrumpieron en el escenario político como
``guardianes del ahorro popular'', hoy son vistos como delincuentes del fuero
común.
Semana a
semana, presidentes, gobernadores, legisladores, políticos y altos ejecutivos
de la finanzas públicas y privadas son llamados por los tribunales
latinoamericanos.
La nómina de
los buscados por la policía es cada vez más amplia y la gente tiene dificultades
para distinguir a los sabios ``buenos'' de los sabios ``malos''. Su bolsillo,
su impotencia, su hambre, es juez.
¿Quiénes son
los timócratas? A diferencia de las élites dominantes de Africa o Asia se trata
de personajes profundamente acomplejados frente a las sociedades de Estados
Unidos y Europa. Suelen pertenecer a las élites latinoamericanas y al revés de
aquéllas padecen de alienaciones invencibles.
Niegan sus
raíces nacionales, se regodean en defender una globalización en la que apenas
son mensajeros, lamentan no ser franceses, ingleses o norteamericanos.
Los timócratas
piensan que contribuyen al mejoramiento de la agobiante realidad cuando en
rigor sólo les preocupa el lucro limitado que les permite aplicar formas
legalizadas del crimen social. Predicadores de profesión, su mentira es el
``futuro'' y sus víctimas no son los ingenuos pasajeros de un taxi sino los
empresarios honestos y los cándidos pequeños inversionistas de la bolsa. Pero
las reglas del juego son similares.
El peatón o
el pasajero del transporte público piensa que anda por la calle amparado por
leyes de seguridad pública. El inversionista de la bolsa, el pequeño empresario
y el productor agrícola cree lo mismo.
Ni los unos
ni los otros son culpables de la adversidad. Pero los timócratas aseguran lo
contrario, que todos son culpables porque en contextos de economía libre los
actos de libertad individual son de exclusiva responsabilidad individual.
Lo de menos
es que haya reglas del juego, como en Estados Unidos y Europa, para regular la
inmensa complejidad del enjambre social.
Espero
haberles dado suficientes elementos para comprender el sentido del concepto
Timocracia, así que cuando identifiquen a un Timócrata en el poder, ya saben lo
que les espera como pueblo.
Conde Abraxas
Sumamente ilustrativo.Algunos encontrarán afinidad en los conceptos...
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